jueves, 3 de noviembre de 2011

TRANSFORMANDO A LOS DIRECTIVOS EN "COACHES"

Mike Noble, consultor, experto en coaching y colaborador habitual del boletín de la American Management Association, plantea en el Newsletter de dicha asociación del pasado 12 de octubre que si un directivo quiere convertirse en un líder debe desarrollar la habilidad de ser coach de sus colaboradores, ya que los días del liderazgo centrado en dar  órdenes y controlar han terminado. El directivo debe liderar, actualmente, a través del coaching y de la colaboración. Si los directivos no desarrollan sus habilidades de coaching es difícil que puedan obtener resultados positivos, tanto para ellos mismos como para sus organizaciones.

En el artículo el autor nos dice que el coaching supone ayudar a otros a mejorar su desempeño. A veces se debe centrar en ayudar a corregir un desempeño inadecuado o a mejorar habilidades ya existentes y en otras ocasiones se dedicará a ayudar a desarrollar nuevas competencias.
Entre las razones por las que muchos directivos no ejercen esta función destacan el que no entienden la importancia del coaching, o que no tienen las competencias necesarias para actuar como coaches  o que carecen de tiempo para dedicarse a esta tarea. Para superar estas barreras Mike Noble sugiere: 

1.- Destacar las ventajas de utilizar el coaching. No se puede forzar a un directivo que no quiere actuar como coach a que lo haga. La mejor estrategia consiste en convencerle de las ventajas, mostrándole cómo otros directivos de éxito utilizan esta metodología y cómo va a conseguir mejores resultados a través de los esfuerzos de sus colaboradores, si les ayuda a su desarrollo.

2.- Establecer el coaching como una de las principales responsabilidades de los directivos de la organización, que se va a considerar en las evaluaciones de desempeño y en las promociones. Debe formar parte de la cultura de la organización y para ello se debe  reservar tiempo, dentro de la  jornada laboral de los directivos,  para que se puedan dedicar a ejercer como  coaches.

3.- Formar a los directivos en las habilidades necesarias para que puedan realizar  esta función y buscar situaciones para que las desarrollen. Entre las habilidades  destacan: escucha activa,  arte de hacer preguntas, aprender a observar, análisis constructivo, motivación,…

4.- Asignar un coach a cada directivo, para que puedan observar, por un lado las ventajas de tener un coach y por otro lado un modelo de cómo deben actuar ellos como coaches.

5.-  Recompensar a los mejores coaches con los mejores trabajos. Normalmente los directivos que demuestran tener más habilidades como coaches suelen tener los mejores resultados. El reconocer la importancia de esta función manda un mensaje claro al resto de la organización.

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